miércoles, 10 de febrero de 2016

Un corazón puro

Hemos inaugurado este tiempo de Cuaresma proclamando el Salmo 50. En él pedimos al Señor que cree en nosotros un corazón puro.

Un gran maestro de espiritualidad de nuestro tiempo, Thomas Merton, define la pureza de corazón como "una total aceptación de nosotros y de nuestra situación como querida por Él. Esto significa la renuncia a todas las ilusiones sobre nosotros mismos, toda estima exagerada de nuestras propias capacidades, para obedecer a la voluntad de Dios [...] La pureza de corazón es el reconocimiento iluminado del hombre nuevo, como opuesto a las complejas y lamentables fantasías del hombre viejo".

El Señor quiere regalarnos en este tiempo de gracia esa pureza de corazón. Dejemos en Él todas esas falsas ideas sobre nosotros mismos seguros de que pondrá en su lugar, si lo deseamos de veras, las suyas. Éste es el camino que nos conduce a ser lo que estamos llamados a ser; éste es el camino que nos lleva a penetrar  en ese misterio que nos supera: lo que ya somos en Él.