viernes, 19 de febrero de 2016

Pero Yo os digo...

El "pero Yo os digo" de Jesús en el Evangelio de hoy (Mt 5,20-26) nos recuerda que ha venido a dar cumplimiento a la Ley. Ese cumplimiento que se realiza en Él es plenitud.

Sí, la exigencia del Señor es mayor que la que se pedía a los antiguos porque Él ha venido a inaugurar la etapa de la gracia. Y es que esa gracia, que es nuestra porque la derrama continuamente sobre nosotros, hace posible llegar hasta el corazón, hasta el espíritu de la ley y vivirla como Dios quiere y espera. Este cumplimiento no se queda en la exterioridad y las formas, aprisionado en la letra, sino que va más allá, permitiéndonos alcanzar la verdad que las formas tratan de mostrar. Esa verdad que, tantas veces, queda oculta por la letra o, lo que más triste, prisionera de la misma si no conseguimos trascenderla.

La plenitud del Espíritu Santo, fruto de la Pasión y Resurrección del Señor, hace posible ese ir a más que Jesús nos pide con su mandato enérgico. Escucha su voz pronunciando ese "pero Yo te digo" y te asombrarás de la seguridad que el Señor te transmite haciéndote sentir en tu corazón que, si Él lo dice, es posible.