sábado, 6 de febrero de 2016

Un camino hacia adentro

Veía en el Evangelio de hoy (Mc 6,30-34) una invitación de Jesús para retirarnos a nuestro interior. Allí nos encontraremos con ese "yo" real que Él ama y con Él mismo.

Porque, lo que sucedía a los apóstoles, también nos sucede a nosotros: andamos tan metidos en las cosas de Dios que, paradójicamente, nos olvidamos del Dios de las cosas. Y es que, muchas veces, preferimos sumergirnos en la actividad para huir de eso que encontramos en nuestro interior y que no nos gusta.

Sé que, si perseveramos silenciosa, pacífica y amorosamente frente a todo eso que nos punza desde lo más hondo de nosotros mismos tratando de aceptarlo tal y como es, Jesús lo redimirá haciendo de todo eso, que es en verdad doloroso y negativo, causa de salvación para nosotros mismos y para el mundo entero.

Ojalá que tú y yo nos adentremos en esa oscuridad propia y dejemos, con corazón dócil y humilde, que Él ilumine con su luz hasta el rincón más remoto. Ojalá que nos atrevamos a emprender ese camino hacia adentro cogidos de Su mano.