domingo, 28 de febrero de 2016

Dejarse cuidar por Él

En el episodio de la zarza ardiente que hoy nos relata el Éxodo (3,1-8a.13-15) destaca la respuesta de Moisés a Dios cuando lo llama: "Aquí estoy". 

Pensaba que ésta la actitud que agrada al Señor cuando se hace presente en nuestro día de un modo u otro. Porque, aunque tiene mucha paciencia con nosotros y nos da tiempo para que demos el fruto que espera -tal y como hizo el amo de la viña ante la solicitud del que la cuidaba-, queremos ser la alegría del que ha dado todo por nosotros respondiendo con prontitud amorosa a sus reclamos.

Si nos dejamos cuidar por el Señor, si recibimos con el corazón abierto toda la gracia que su muerte y resurrección nos ha ganado, podemos decir con toda verdad que sus méritos son los nuestros, que todo lo suyo nos pertenece. También el amor al Padre y la fecundidad que Él quiere para todos sus hijos.


Vamos a dejar al Espíritu de Jesús hacer su obra en nosotros. Así, el mismo Hijo presentará nuestras vidas entregadas al Padre haciendo las delicias del que nos amó hasta entregarnos a su Verbo.