lunes, 14 de marzo de 2016

La única seguridad

La lectura del profeta Daniel nos recuerda la historia de Susana, acusada falsamente, y la confianza de esta mujer en el Señor (13,1-9. 15-17. 19-30. 33-62).

La oración que brota de su corazón en medio de la angustia por la inminencia de la muerte a la que se la condena injustamente, es un ejemplo para nosotros. Sabemos que Dios es un Padre amoroso que nos cuida constantemente; sabemos que no nos falla y que su poder nunca deja que el mal nos muerda si no es para sacar de ese mal un bien mayor... Todo esto lo sabemos en teoría pero lo verdaderamente importante es que, cuando la vida nos depare la "oportunidad" de vivir estas verdades, no la dejemos pasar para que eso que "sabemos" se convierta en realidad.

Todo es gracia: la posibilidad que el Señor nos da de ir conociendo Su Corazón cada día un poco más; y la oportunidad de experimentar en nuestro día a día eso que nos va revelando de Sí Mismo. 

Vamos a decirLe muchas veces, en la intimidad de nuestro corazón, que confiamos en Él y que deseamos abandonarnos del todo a Su voluntad. Y vamos a pedirLe que, cuando llegue el momento de la prueba, nos conceda la gracia de vivir esa confianza y ese abandono aún en medio de oscuridad y sufrimiento. 

Sabemos que Él nunca falla: su misericordia nos sostendrá y capacitará para saborear de verdad esta realidad que ha de constituir nuestra única seguridad.