lunes, 21 de marzo de 2016

Derrámate!!!


Acompañamos hoy a Jesús a la casa de Marta, María y Lázaro. Los tres hermanos le ofrecen una cena, como tantas veces habían hecho. Sin embargo, esta cena es diferente, porque Jesús ha resucitado a Lázaro hace poco... (Jn 12,1-11).


María, en un derroche de amor, rompe un frasco de perfume de nardo y unge con Él los pies del Señor. Rompe el frasco, seguramente también precioso, para que no quede ni una gota; rompe el frasco, porque el envase ya ha cumplido su misión: custodiar el costosísimo perfume hasta que fuera derramado sobre el Cuerpo de su Amado.

Escucha en tu interior al Espíritu. Puede que te pida que hagas tú lo mismo: romper el frasco y derramar su contenido, derramándote tú con él, sobre Jesús. Derrámate, perdiéndote, para que tu perfume llene también toda la casa como aquel día memorable llenó el hogar de Betania, reposo y refugio de Jesús.