lunes, 7 de marzo de 2016

Escuchar para creer

Hoy el profeta Isaías nos anuncia de parte del Señor la creación de un cielo nuevo y una tierra nueva y la alegría por esta creación en la que no habrá gemidos, ni llantos, ni niños malogrados (65,17-21).

Pensaba que, sin duda, una alegría similar a ésta que describe el profeta debió sentir el funcionario real del Evangelio de hoy cuando escuchó al Señor decir que su hijo estaba curado (Jn 4,43-54). Nos dice Juan que creyó en la palabra de Jesús y que se puso en camino.

Como aquel hombre también tú y yo podemos empezar a disfrutar de esa nueva creación de la que nos habla Isaías si de verdad nos hemos encontrado con el Señor. En nuestra vida todavía existen el llanto y la tristeza, pero si creemos en la palabra de Jesús sabemos que todo eso redundará en nuestro bien y en el de los demás si sabemos unirnos a los sufrimientos del Redentor cuando el dolor llama a nuestra puerta. 

El dolor y la muerte no tienen la última palabra. Esto lo descubrimos mirando la vida de Jesús y atendiendo al anhelo de plenitud que Él ha puesto en nuestro corazón. ¿No te parece que, después del encuentro con el Señor en esas "horas bajas", seremos capaces de ponernos de nuevo en camino como hizo aquel hombre? Yo creo que sí, que tras escuchar las palabras de Jesús, todo lo que nos suceda cobrará un sentido nuevo porque Él se lo dará. La clave está en aprender a escuchar. Sí, no lo dudes, si aprendemos a  escucharLe, creeremos.