miércoles, 2 de diciembre de 2015

Esperando a sus pies

Hoy Mateo nos cuenta la multiplicación de los panes y de los peces (15,29-37). Pero esta mañana me voy a quedar en otro detalle de este fragmento de su evangelio.

Dice el apóstol que llevaban muchos enfermos a Jesús y los dejaban a sus pies. El Señor los curaba... Así, sin más: ni palabras, ni ruegos, ni insistencia... Sólo con ponerlos a sus pies resultaban curados, librados, salvados de eso que les hacía sufrir.

Y pensaba que así tenemos que hacer tú y yo cuando estemos pasando por momentos bajos. La mayoría de las veces no nos encontraremos mal por grandes cosas; puede que simples tontadas nos hagan sentir incómodos dentro de nosotros mismos. ¿Sabes por qué? Porque cuanto más insignificantes son las cosas que nos hacen perder el equilibrio, más conscientes somos de nuestra propia precariedad, de nuestros límites, de nuestras debilidades...

Cuando te pase esto no le des muchas vueltas. Busca a Jesús y ponte a sus pies con toda esa carga que te hace desear ser de otra forma; que te lleva a querer con toda el alma que esas "cositingas" no te afecten... Quédate ahí y espera. Espera confiado en que Él te curará y te liberará ayudándote a aceptarte y quererte tal y como eres.