viernes, 4 de diciembre de 2015

Buscando a Jesús... con nuestros sentidos

Merece la pena disfrutar y paladear a lo largo del día la lectura de Isaías que hoy propone la liturgia (29,17-24). Es un canto a la esperanza por el cumplimiento seguro de las promesas del Señor.

Hoy Jesús quiere abrir nuestros oídos para que escuchemos Su Palabra; hoy quiere abrir nuestros ojos, tal y como hizo con aquellos dos ciegos (Mt 9,27-31), para que contemplemos sus maravillas.

Sí, le escucharemos cuando tomemos Su Palabra dispuestos a dejarnos iluminar por el Espíritu Santo para descubrir qué quiere decirnos hoy, aquí y ahora. ¿Sabías que nuestro Dios es un gran conversador y que nada le gusta más que mantener una buena charla con sus hijos? ¿Cómo podemos decir que el Señor no nos habla? ¡¡¡Si no deja de hacerlo...!!! Toma Su Palabra, léela, medita y habla con Él.

Sí, contemplaremos sus maravillas si estamos atentos a lo que sucede a nuestro alrededor. Porque ahí actuará, discreta pero efectivamente.

Y no te preocupes si hoy, aunque lo intentes y se lo pidas, no lo escuchas ni lo ves. Basta con saber que Él habla y actúa. Puedes estar seguro de que, a su debido tiempo -que es el suyo y no el nuestro-, escucharás y verás.