sábado, 26 de diciembre de 2015

El arte de dejarse conducir

Hoy, día de San Esteban, Jesús nos recuerda en el evangelio (Mt 10,17-22) cuál debe la actitud de sus testigos. Entre ellos nos encontramos tú y yo.

El Señor nos habla de la confianza en el Espíritu Santo. Porque Él se encargará de poner en nuestros labios las palabras necesarias para que podamos dar testimonio de Aquel en Quien creemos. Además, hemos de abandonar el devenir de los acontecimientos en sus manos amorosas y providentes porque aún los que consideremos más negativos y perjudiciales, serán aprovechados por Él para hacer de la prueba una oportunidad para darLe a conocer.

En la docilidad al Espíritu Santo estriba todo. Por eso, si muchas veces al día rectificamos el rumbo intentando secundar sus inspiraciones, sabemos por la promesa del Maestro que cuando lleguen momentos de mayor dificultad seremos capaces de "apartarnos" para dejar las riendas a su Espíritu.

Sí, el que es fiel en lo poco lo es también en lo mucho. ¿O acaso piensas que Esteban no habría perdonado pequeñas ofensas, desprecios, olvidos... mientras desempeñaba su servicio en favor de aquella primera comunidad? Por eso pudo morir perdonando a sus enemigos.

Que su ejemplo nos aliente a seguir al Señor hasta el final seguros de que nunca, jamás, nos faltará la asistencia de Su Espíritu para ser y vivir según Él.