sábado, 19 de diciembre de 2015

El que hace surgir la vida de la nada

Hoy la liturgia nos invita a contemplar el poder de Dios, para Quien no hay nada imposible, haciendo surgir la vida de vientres estériles: el de Isabel (Lc 1,5-25) y el de la mujer de Manóaj, madre de Sansón (Jueces, 13,2-7. 24-25a). También de una virgen, María, que había renunciado a la maternidad, Dios regala al mundo a su Hijo, el Salvador...

Esto me hacía pensar que ese Dios todopoderoso, cuyos designios se cumplen siempre, sigue actuando hoy como ayer, en tu vida y en la mía, haciendo maravillas con nuestra pobreza, de la que siempre saca vida. Sí, nuestra debilidad y fragilidad; nuestras limitaciones y defectos; nuestras impotencias y fracasos; hasta nuestro pecado, son transformados por un Dios que es capaz de hacer surgir vida   de todo eso, en principio negativo, para nosotros y para el mundo. Sólo pide nuestra colaboración aceptando lo que nos limita, luchando contra lo que nos separa de Él y dejando  todo reposar en sus manos poderosas. Es más, todas esas flaquezas son las que le permiten ser Dios en tu vida y en la mía.

Ojalá que tú y yo nos creamos esto y pongamos los medios para experimentarlo. Porque te aseguro que es verdad...