lunes, 17 de agosto de 2015

Una cosa te falta...

Jesús nos dirige hoy a ti y a mí las mismas palabras que pronunció cuando aquel joven se le acercó para decirle que necesitaba hacer algo más... (Mt 19,16-22).

El que puso en el corazón del joven ese deseo de seguirle más de cerca, pone en el tuyo y el mío inquietudes semejantes que nos hacen buscar, ponernos en camino... Pero para caminar siguiendo el ritmo marcado por el Señor tenemos que ir ligeros de equipaje, ¿no te parece?

Jesús, concédenos la gracia de seguirte muy de cerca, de levantarnos cada vez que caigamos bajo el peso de todo eso que nos ata y nos impide caminar tras de ti con paso ágil, con garbo, con alegría. Pon en nuestro camino personas y acontecimientos que, cuando hayamos caído en la tentación de la huída ante tus exigencias amables y amorosas, nos hagan rectificar el rumbo y volver a ti. Hoy, Señor, queremos soñar que esto fue precisamente lo que hizo aquel joven. Porque... ¿cómo resistirse al amor de tu mirada...?