viernes, 7 de agosto de 2015

Seguir a Jesús...

Hoy resuena en nuestros oídos la invitación del Señor a reconocer y pasar por el corazón una y otra vez, meditándolo, que Él es único Dios (Dt 4, 32-40). Recordar la propia historia de la mano del Espíritu Santo nos capacita para ver las maravillas que su acción ha obrado en nuestra vida y, por eso, nos hace agradecidos.


Haciendo este recorrido en su presencia descubriremos que la invitación de Jesús en el Evangelio de hoy (Mt 16,24-28) es algo que, por su misericordia, venimos haciendo desde que tomamos conciencia  de ser sus seguidores. Todo es gracia. El deseo de ser suyos, también. Y, por lo mismo, el negarse a uno mismo y tomar la cruz que cada día nos pone en el propio camino son regalos de Jesús. Sólo nos pide que los acojamos y que caminemos a su lado... si queremos. ¿Cómo acoger estos dones? Es el Maestro quien te dirá... Párate un poco, haz silencio por fuera y por dentro, dirige tu atención hacia Él y comprobarás como te habla al corazón sin necesidad de palabras, a través de los que te rodean, sirviéndose de lo que sucede en tu vida... ¡Prueba y verás! Jesús nunca defrauda.