domingo, 27 de septiembre de 2015

¿Estás dispuesto?

Jesús nos anima hoy en el evangelio (Mc 9, 37-42) a liberarnos de cualquier estorbo que impida que nuestra vida vaya siendo, a medida que transcurre el tiempo, más semejante a la suya.

Tú y yo hemos sido llamados a entrar en la Vida que es Jesús. Este "entrar" se actualiza cada vez que, mirándoLe, tratamos de imitar su ejemplo.

Sabemos que no es posible ir a Dios sin nuestro esfuerzo aunque este esfuerzo no sea el camino para llegar a Dios. ¿Entonces? ¿En qué quedamos? ¿Cuál es la finalidad de ese esfuerzo que, sin duda, el Señor nos pide a ti y a mí? La finalidad no es otra que la de descubrir su inutilidad para abrirnos a Su gracia.

Pido para ti y para mí en este Día del Señor que nos esforcemos al máximo para comprobar que todo eso es inútil y, bien abrazados a esa frustración, nos presentemos ante Dios como el mendigo lo hace ante aquel de quien espera una limosna a la espera de dejarnos bañar e inundar por su gracia. ¡¡¡Feliz y santo Domingo!!!