viernes, 30 de octubre de 2015

La libertad del amor

Lucas nos relata hoy otra curación en sábado (Lc 14,1-6). Con ella se muestra como Señor de la Ley y del Sábado y nos enseña cómo comportarnos para ser libres con esa libertad gloriosa de los hijos de Dios que nos ganó con su vida, muerte y resurrección.

Los fariseos, encadenados a la letra de la Ley, se habían incapacitado para penetrar en su espíritu negándose la posibilidad de ver en Jesús a aquel que, no sólo no había venido a abolir la Ley, sino que lo había hecho para darle cumplimiento. 

Hoy el Espíritu Santo es el que se encarga de iluminar los ojos de nuestro corazón cuando meditamos la Sagrada Escritura haciendo de Ella algo actual y vivo que nos habla de parte de Dios y nos ayuda a ir creciendo en esa libertad que el Señor vino a traer a la tierra.

Pido para ti y para mí que no nos suceda como a esa parte del pueblo de Jesús que, pese a haber sido adoptado como hijo, tener la presencia de Dios, la alianza, la ley, el culto y las promesas rechazó al Mesías liberador por no sumergirse en el espíritu que animaba y sigue animando esa Palabra viva de Dios portadora de sabiduría que es salvación aquí y ahora.