viernes, 9 de octubre de 2015

El deseo de darse del todo

Hoy el profeta Joel (1,13-15; 2,1-2) llama al llanto y al duelo porque falta en el templo del Señor ofrenda y libación.

Tú y yo podemos ofrecernos a Dios; derramarnos en su honor por medio de Jesucristo. Él es la única ofrenda agradable al Padre. Y Él es Quien toma tu pobreza y la mía asumiéndolas y haciendo de nuestro ofrecimiento algo valiosísimo en la medida en que pasa a formar parte del suyo propio. Y esto con sólo pedírselo dejando que nos tome de verdad...

Ya nos lo ha dicho Jesús en el evangelio: "El que no recoge conmigo, desparrama" (Lc 11,23). Pide al Espíritu Santo que unifique tu interior, que convierta tu caos informe en belleza armónica y agradable a Dios. Así tu vida y la mía se gastarán para honor y gloria Suya por Jesús, con Él y en Él; serán como incienso en Su Presencia, aroma agradable a Dios que hará sus delicias y las de aquellos que comparten su vida con nosotros. ¡¡¡Merece la alegría vivir así!!! ¡¡¡Merece la alegría vivir aspirando y deseando ser perfume, bálsamo, alegría y consuelo para los demás!!!