sábado, 24 de octubre de 2015

El mejor viñador

Hoy nos cuenta Jesús una parábola que llena nuestro corazón de esperanza y alegría (Lc 13,1-9). Porque esta higuera de la que nos habla el Señor no daba fruto, pero contaba con la pericia, el cuidado y el cariño de un viñador dispuesto a trabajar con diligencia en ella para hacerla producir y evitar así que fuera arrancada.


Puede que mirando a nuestra vida la veamos baldía. El desánimo amenaza con hacer presa en nosotros cuando no recogemos el fruto esperado y nos parece estar arando en el mar. En esos momentos bajos presta atención a Jesús. Lo escucharás abogando por ti, pidiendo aplazamientos para dedicarse por entero a "cultivarte" garantizando así el fruto. Además, ¿quién sabe? Probablemente estés dando fruto aunque tú no lo sepas. Y, por eso, Jesús te poda para que des más... Siempre más...


Fíate de Él; abandónate al abrigo de su cuidado dejándote purificar por la oscuridad de esos momentos dolorosos y espera el mejor de los finales. Porque no hay higuera que se resista al mejor de los Viñadores.