martes, 17 de mayo de 2016

Ver con Sus ojos

Esta mañana encontramos a Jesús tratando de instruir a sus discípulos contándoles cómo culminaría su misión en la tierra antes de regresar al seno del Padre. Pero ellos no se enteraban porque andaban liados en una discusión acerca de quién era el más importante (Mc 9,29-36).

A ti y a mí nos sucede muchas veces lo mismo: no acertamos a asimilar lo que Jesús trata de decirnos por medio de este acontecimiento, de aquella persona, de ese encuentro o de aquel desencuentro, de lo que estimamos un éxito o de lo que consideramos un fracaso... No nos enteramos de la enseñanza que el Maestro quiere transmitirnos y, como aquel día sucedía a los discípulos, tememos preguntar a Jesús; preferimos seguir a lo nuestro: discusiones y enredos que nos empequeñecen impidiendo que vayamos abriéndonos al inmenso horizonte que el Señor despliega ante nuestros ojos introduciéndonos en Su misterio a medida que pasa nuestra vida y suceden cosas.

Vamos a pedir a Su Espíritu que venga en nuestra ayuda cuando nos suceda esto. ¡¡¡Ven Espíritu, ven!!! Para hacernos capaces de vislumbrar, al menos, lo verdaderamente importante; para enseñarnos a mirar con los ojos de Dios todo y a todos.