martes, 24 de mayo de 2016

Dios da más

En el Evangelio de hoy (Mc 10,28-31), Pedro le dice al Señor que él y sus compañeros han dejado todo para seguirlo. Adivinamos en el apóstol una actitud expectante aguardando la respuesta del Maestro que, estoy segura, supero todas expectativas.

Jesús le asegura que, ya en el presente, los que lo han dejado todo por Él recibirán muchísimo más y, en el futuro, la vida eterna. Lo que está anunciando el Señor es la plenitud que regala a todos los que intentamos vivir siguiendo sus huellas, haciéndolo el centro de nuestras vidas.

Y, al meditar este Evangelio, no he podido dejar de acordarme de la petición que Santo Tomás de Aquino hizo al Señor después de que Éste le hiciera saber que quería premiarle por lo bien que había escrito de Él. "¿Qué quieres, Tomás?", le preguntó Jesús. Entonces, el bueno de Tomás dejó hablar por su boca al Espíritu que lo habitaba y pronunció su "sólo a Ti, Señor".

Párate a pensar qué pides a Jesús. Y deja que Su Espíritu te haga caer en la cuenta de que, por mucho que pidas, siempre te quedarás corto ante lo que el Señor quiere y está dispuesto a darte. Porque, ¿qué es todo el mundo comparado con Dios mismo? Vamos a dejar al Espíritu orar en nosotros. Él pedirá no sólo lo que nos conviene, sino lo que Dios desea darnos, que es infinitamente superior a lo que pedimos y anhelamos.