miércoles, 25 de noviembre de 2015

La mejor defensa es un regalo

¡Qué alegría escuchar de labios de Jesús esta promesa! Él hará que tu vida y la mía sean un testimonio vivo de su amor mostrándose en las palabras que suscitará en nosotros cuando nos veamos acosados (Lc 21,12-19).

Sí, la confianza en Jesús es nuestro descanso y la fe en sus palabras nuestra tranquilidad. Porque, suceda lo que suceda, somos de Él y nunca, ¡¡¡jamás!!!, dejará que perezcamos.

Todos tenemos "persecuciones" diarias. Me refiero a esas que no vienen de fuera sino que proceden de dentro de nosotros mismos: esa reacción que preferirías no tener; el juicio que levanta barreras separándote de los que más cerca tienes; el cansancio que te hace ver todo gris; la tentación del abandono porque te parece que Dios no te escucha... En todo eso venceremos hoy con el poder del Señor. Él sabe lo débiles que somos, nos comprende y nos quiere. Por eso, si prestas atención, escucharás en lo más íntimo esa voz que te defiende de ti mismo. ¡¡¡Préstale atención!!! Porque, descubriéndola, estarás "entrenándote" para confiar en ella cuando los ataques vengan desde fuera. Puedes estar seguro de que, tanto en un caso como en otro, el Espíritu de Jesús saldrá por ti y te hará testigo de la salvación que el Dios encarnado vino a traer a la tierra.