martes, 17 de noviembre de 2015

Estar dispuesto a todo

El relato de Lucas nos recuerda hoy el encuentro de Jesús con Zaqueo (19,1-10), ese hombre rico que con su audacia y atrevimiento hizo que el Señor se autoinvitara a su casa.


Este hombre fue capaz de dejar a un lado los respetos humanos sólo para ver pasar a Jesús. Te puedes imaginar los comentarios y sonrisitas irónicas que suscitaría su presencia en lo alto del árbol. ¡Un hombre de su categoría en semejante situación!


A Zaqueo todo esto le importaba nada ante su deseo de ver pasar a Jesús. Así que se puso el mundo por montera y fue a por lo que en realidad le interesaba.

Y tú y yo... ¿de qué somos capaces para "ver" a Jesús? Ojalá que nuestro sentido del ridículo, nuestro temor a quedar mal o al qué dirán no frenen nunca los deseos de Él que el mismo Jesús pone en nuestro corazón. ¡¡¡Ánimo, valiente!!! Busca tu árbol y súbete a él. Escucharás de labios del Señor algo parecido a lo que aquel día dijo al jefe de publicanos.