
Pero ya el Jesús nos advierte que necesitamos novedad. Nuevo nuestro corazón para aceptar al diferente, nueva nuestra mentalidad, para saber que el otro también posee parte de la verdad, nueva nuestra vida para que todos sus actos estén repletos de misericordia hacia los demás.
Con estos deseos comenzamos este Octavario por la Unidad de los cristianos.