miércoles, 13 de enero de 2016

Amor

Si ayer decíamos que Jesús hablaba con autoridad porque llevaba una vida coherente hoy en el evangelio vemos esa realidad hecha actos concretos.
Todo el mensaje de Jesús se puede resumir en un apalabra: AMOR. Amor a Dios y amor al prójimo. “Curó  a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios”  “Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a  orar”, leemos en el evangelio de hoy.



Jesús cura a los hombres porque ama. También nosotros podemos parecernos a El si tratamos de ayudar a quien está cerca de nosotros, amigos, vecinos, hijos, gente que se cruza en nuestro camino. En ocasiones una simple palabra, una sonrisa son curativas, alivian la soledad que alguien puede estar sufriendo y un sinfín de cosas.


Jesús ora porque ama al Padre, y mantiene con El, a pesar del cansancio de la jornada y quitándose tiempo del sueño, un dialogo amoroso con el padre que le da la Vida, el Padre que lo ama, el Padre en quien confía. ¿Hacemos nosotros algo parecido? Pues a eso estamos llamados.