jueves, 7 de enero de 2016

Descifrando signos

San Mateo narra hoy en su evangelio el comienzo de la vida pública de Jesús en el mismo momento en que Juan es arrestado (4,12-17). Este acontecimiento, sin duda doloroso para el Señor, es interpretado por Él como señal para comenzar a predicar la conversión por la proximidad del Reino de los Cielos.

También a nosotros nos habla Dios por medio de lo que sucede a nuestro alrededor. No debemos esperar nada extraordinario; simplemente basta con prestar atención para descubrir un signo en todo. ¿Cómo hacer esto? Sin duda es una gracia pero, como todas las gracias, necesita de tu colaboración y de la mía para ser operativa.

Como nos dice la primera carta de San Juan (3,22-4,6) la garantía de que Dios permanece en ti y en mí es su Espíritu que mora en nuestro interior. Ese Espíritu es quien nos enseña y ayuda a leer los acontecimientos como mojones que delimitan el camino mostrándonos la dirección que debemos tomar. 

¿Cómo hacernos sensibles a su voz y ser capaces de descifrar las señales que nos envía? Haciendo lo que agrada a Dios: creyendo en Jesucristo y amándonos unos a otros. Cuidando esto mantendremos a punto la sensibilidad necesaria para ver en todo lo que sucede un indicador que marca el camino correcto a seguir; una señal que nos ayudará a descubrir aquello que Dios nos pide y que constituye nuestra plenitud y felicidad.