domingo, 26 de junio de 2016

Una determinada determinación

El Evangelio de hoy nos presenta un fuerte contraste: de un lado, la resolución firme y decidida del Señor de subir a Jerusalén para cumplir la voluntad del Padre; de otro, la actitud dubitativa de los que, aunque desean seguirLe, no terminan de poner a Jesús en el primer lugar en sus vidas (Lc 9,51-62).

Si no nos vemos capaces de más seamos, al menos, hombres y mujeres de deseos deseando que el Señor sea el primero. Vamos a pedir con sinceridad a Dios que, a medida que avance nuestra vida, nos dejemos despojar de todo lo que pretende ocupar el lugar que Le pertenece únicamente a Él. Vamos a pedir al Espíritu Santo que nos conceda la determinada determinación de ser sólo de y para Jesús.