sábado, 6 de agosto de 2016

En la cumbre del monte

Hoy, día de la transfiguración del Señor, tú y yo somos invitados a subir a la cumbre del monte con Jesús, a contemplarlo mientras ora -aunque nos caigamos de sueño-, a escuchar la voz del Padre que nos dice que escuchemos a Su Hijo predilecto (Lc 9,28b-36).

Podemos hacer todo esto porque Él nos llama y nos regala Su gracia para responderLe. Del Espíritu de Jesús recibimos el poder para elevarnos por encima de las cosas que ahogan nuestra relación con Dios; la luz para contemplar al Hijo mientras ora al Padre; la gracia que abre nuestros oídos para que escuchemos la voz de Dios.

Que el Señor nos conceda todo esto y nos haga pregustar el gozo del Cielo para que, junto a Pedro, Santiago y Juan también nosotros podamos exclamar: "¡Qué bien se está aquí, Señor!". Porque, si permanecemos junto a Jesús, estaremos bien aunque nos encontremos mal; aunque nuestros proyectos fracasen; aunque la vida nos golpee... Prueba y verás... Prueba a "dejarte subir" al monte.