sábado, 13 de agosto de 2016

Acercándonos al Señor


Hoy vemos a Jesús rodeado de los niños que le han presentado para que les imponga las manos y rece por ellos (Mt 19,13-15).


El Señor nos anima a hacernos como esos niños. Y, si nos lo pide, sabemos que contamos con Su gracia para conseguirlo, aunque nos parezca difícil.

Me fijaba esta mañana sólo en un detalle que caracteriza a los niños y, que sé, le encanta a Jesús: la confianza. El niño es la "personita" que más confía, en todos, pero muy especialmente, en aquellos que le aman.

Vamos a hacernos conscientes de lo mucho que nos ama el Señor repasando nuestra vida con la luz que nos regala el Espíritu Santo; y, después de experimentar Su amor incondicional, lancémonos a sus brazos con confianza infantil abandonando todo en Él: nos impondrá las manos y rezará por nosotros...