lunes, 25 de abril de 2016

Tarea y gracia

El Evangelio de hoy (Mc 16,15-20) nos recuerda que, cuando el Señor confía una misión, da las gracias necesarias para llevarla a cabo. Aún más, es Él mismo Quien actúa con aquel a quien ha encomendado la tarea. 

También cuando se trata de predicar la Buena Noticia, con las palabras o con nuestro modo de vivir en medio de nuestros contemporáneos, Jesús confirma Su Palabra, esa que tratamos de transmitir, con signos que la hacen creíble.

Sí, el Señor nos sostiene con su gracia para que desempeñemos la tarea que ha puesto en nuestras manos. Esa misma gracia es la que hace posible que tú y yo nos vayamos transformando en eso que tratamos de predicar. Sólo basta creer esto y disponernos para secundar las gracias que no deja de regalarnos para hacer posible una tarea que, en realidad, es Suya.

Y cuando aparecen las dificultades en medio del cumplimiento de nuestra misión, también nos socorre cargando Él mismo con los fardos pesados que nos agobian, como nos recuerda el Apóstol Pedro en su primera carta (5, 5b-14). Así que... ¡¡¡ánimo!!! ¡Arriba los corazones! Porque el que ha empezado la obra en ti y en mí la llevará a término. Esto es seguro; en esta verdad podemos descansar.