viernes, 29 de abril de 2016

En el interior está la vida

En el Evangelio de hoy (Jn 7,14b18. 37b-39) el Señor esponja nuestras almas afirmando con rotundidad -en un grito, puntualiza el texto- que de las entrañas de los que acudan a beber de Él para apagar su sed manarán torrentes de agua viva. Esos torrentes, continúa el apóstol, representan al Espíritu Santo que el Señor nos ha dado con su muerte y resurrección.

Sed. beber, torrentes... Párate a pensar "de qué" tienes sed; a qué lugar acudes para saciarla y qué sucede en tu vida una vez que has bebido. Éste es el termómetro para saber si te has "acercado" al lugar indicado. Porque sólo si nos hacemos preguntas, si nos sometemos a una sana y constante autocrítica, estaremos en disposición de rectificar el rumbo. Para esto contamos con la asistencia de la gracia, que nunca falla. 

Puedes estar seguro: cuando algo no marcha; cuando nuestra vida no es coherente con aquello que profesamos, en lo que decimos creer; cuando los demás nos perciben como un fraude por esta falta de coherencia, algo falla. Y este "algo" no es precisamente Dios...