jueves, 13 de octubre de 2016

Ser puentes de acceso

En el Evangelio de hoy (Lc 11,47-54) Jesús reprocha a los juristas que se hayan quedado con la llave del saber sin entrar ellos mismos y sin dejar entrar a otros.

Quizá sea éste un buen momento para contemplar nuestra propia vida a la luz de estas palabras del Señor pidiendo perdón por todas esas ocasiones en las que hemos sido obstáculo para que los demás se encuentren con Él. ¿No nos sucede que pensamos que ya lo sabemos todo y que nos erigimos en jueces de los demás imponiendo nuestros modos y costumbres? ¿En qué momentos hemos sido antitestimonio con nuestro mal ejemplo arrastrando a los demás lejos de Jesús, haciendo poco amable o incluso desagradable Su seguimiento?

Quizá sea éste un buen momento para pedirLe que nos socorra con Su misericordia y no permita que seamos piedra de tropiezo para nadie; antes bien, que Su gracia nos convierta en puentes seguros por los que todos, y de manera especial los que viven con nosotros, puedan acercarse a Él, conocerlo y amarlo con toda el alma.