lunes, 19 de septiembre de 2016

Iluminar con Su Luz

Hoy Jesús nos dice que somos luz y que, como tal, hemos de alumbrar (Lc 8,16-18). 

La Luz ya la tenemos: es Su Espíritu, que nos regaló en el bautismo. Esta Luz, que brilla en nuestro interior iluminando nuestra conciencia e impulsándola a las buenas obras, es la que hace posible que vivamos vida evangélica, la misma vida de Jesús. Y vivir así es arrojar luz a nuestro alrededor, iluminar el camino de los demás.

La Luz del Espíritu sólo espera ser acogida desde nuestra libertad para actuar en nuestra vida de manera eficaz. La acción del Espíritu es infalible y nos va transformando en Cristo al ir perfeccionando Su imagen en nosotros. ¿Cómo acogerla? Dejando que la Palabra de Dios cale en nosotros: primero lo hará por la vía de la inteligencia, conforme vamos descubriendo que esa Palabra es verdadera; luego bajará al corazón, haciéndose para nosotros atractiva y deseable; por último, Su fuerza empujará nuestra acción que será entonces una acción según Dios.

¿Y para empezar? Te propongo que medites la primera lectura del libro de los Proverbios (3,27-34) en la que hoy Dios nos regala una serie de consejos para que vayamos iluminando con nuestra vida cada vez más. Mira cómo comienza: "Hijo mío, no niegues un favor a quien lo necesita, si está en tu mano hacérselo. Si tienes, no digas al prójimo: -Anda, vete; mañana te lo daré". ¿No te parece un buen comienzo?