domingo, 26 de julio de 2015

Sentados en la hierba...

Hoy Jesús está con los suyos, los más cercanos; tú estás con ellos; el Señor disfruta de su compañía, de la tuya... Pero su estar con los íntimos no le distrae de los demás. Va escuchando cómo llegan... En un momento levanta sus ojos y te pregunta qué hacer para satisfacer la necesidad de los que se acercan al lugar en el que os encontráis; las necesidades de todos esos que viven cerca de ti y de los que, aunque están lejos, son igualmente hermanos tuyos.

Puedes responderle lo que aquel día le contestó Andrés; pero también puedes poner a su disposición lo poco o lo mucho que tengas, que eres, como hizo aquel muchacho (Jn 6, 1-15). Tú eliges... Has de saber, sin embargo, que si te decides a imitar al que dio lo que llevaba en su zurrón, sucederá exactamente lo mismo que nos cuenta hoy Juan en el evangelio. Atrévete a darle todo, a darte del todo. Mira en lo más profundo de ti para descubrir qué incluye ese "todo" y déjate arrastrar por el impulso del Espíritu que te arrancará de tu comodidad, de tu tacañería, para dar a Jesús todo lo que Él merece. Te está esperando... Para satisfacer las necesidades de tus hermanos ha querido contar contigo. ¿Te atreves a poner todo y ponerte del todo en sus manos?