Jesús nos dice hoy que podemos ser igual de dichosos que su
Madre si, como Ella, escuchamos la Palabra de Dios y la cumplimos (Lc 11,27-28)
¡¡¡Qué bueno es el Señor haciendo posible que esto se haga realidad en tu vida
y en la mía!!! Sólo basta con quererlo; querer con toda el alma vivir de Él que
es Palabra y Eucaristía. Basta con querer; Él se encarga del resto…
El profeta Joel (3,12-21) nos recuerda que el Señor nos
protege porque somos su pueblo y que nos dará no sólo lo que necesitamos para
vivir, sino mucho más: bienes espirituales y materiales que serán ocasión para
ensanchar el corazón en una acción de gracias continua. Pero sin duda lo mejor
es que Él mismo vendrá a habitar –ya lo hace- dentro de ti y de mí siendo
nuestro alimento y nuestra delicia. Pido para ti y para mí que redescubramos
esta verdad en el día que acabamos de estrenar cogidos de la mano de María, el
Tabernáculo que acogió al Verbo dándoLe carne y sangre, haciendo posible que
Dios fuera uno de nosotros. ¡¡¡Feliz sábado!!!