En el evangelio de hoy (Lc 13,31-35) Jesús responde a los fariseos que le avisan de las intenciones de Herodes con una frase que nos recuerda hoy a ti y a mí que Él es el Señor de la Historia y de nuestra historia personal. Sí, Jesús terminará su misión cuando llegue la hora, ni un minuto antes.
Si creemos que está realmente vivo y que nada de lo nuestro escapa a su interés y cuidado, no tenemos porqué temer nada. Como nos recuerda San Pablo en su carta a los Romanos (8,31b-39) nada podrá separarnos del amor de Cristo que ha dado su vida por ti y por mí; que nos acompaña en cada paso de nuestra vida alentándonos en nuestros desalientos, alegrándose con nuestras alegrías, cuidándonos y envolviéndonos en su ternura, una ternura que, respetando nuestra libertad, nos ayuda a crecer y, por eso, a ser felices llegando a ser lo que realmente somos.