lunes, 13 de junio de 2016

Creer y querer

Hoy nos hace Jesús una serie de propuestas que pueden resultar escandalosas y, en cualquier caso, imposibles: dejarnos abofetear sin oponer resistencia; dar a quien nos reclama -quizá injustamente- más de lo que nos pide; acompañar a quien solicita nuestra presencia; no rehuir a quien nos pide prestado... (Mt 5,38-42).


¿Cómo vamos a poder hacer esto, Señor?, podemos preguntarLe... ¿Cómo...? Esta forma de actuar deshace nuestros esquemas y nos parece inalcanzable, incluso irracional y suicida. Sin embargo, no lo es por la sencilla razón de que, Quien nos lo pide, puede hacer en nosotros esto que nos pide y mucho más. Pero... ¿nos creemos esto de verdad? ¿Creemos en el poder de Dios para dar a nuestra vida la vuelta como se le da a un calcetín? ¿Creemos o no creemos?


Haciéndome estas preguntas venía a mi cabeza y a mi corazón que, quizá, un buen comienzo para empezar a seguir de verdad los pasos del Maestro consista en creer sin componendas ni apaños que Él puede hacer en ti y en mí esto y mucho más. Por eso puede que un buen comienzo sea evitar la valoración de la dificultad y lo ilógico que resulta todo lo que nos propone Jesús para hacer actos de fe en Él, que es Dios Todopoderoso: Sí, Señor, creo que tú puedes hacer en mí todo lo que te propongas. Creo y, además, quiero con toda mi alma que sea así.