Jesús nos invita hoy a la calma. Para vivir en esta paz que
Él nos regala basta con que creamos en Él; basta con confiar en Su Palabra (Jn
14,1-6).
Quien nos ama de manera incondicional y absoluta no se
olvida de nosotros: intercede continuamente ante el Padre por ti y por mí, por
cada uno. Y nos promete un lugar junto a Él en esa Casa donde hay tantas
estancias.
El Camino que nos conduce a ese Hogar definitivo es Él
mismo: siguiendo sus huellas estamos seguros de no extraviarnos.
¿Cómo
seguirlas? Interiorizando Su Palabra: esa Palabra que, de ser acogida y
meditada, fragua en nuestro corazón convirtiéndose Ella misma en Camino seguro por la acción del Espíritu Santo.
Así, guiados por la Palabra, avanzaremos por la senda de la vida en verdad y
viviremos la Vida auténtica que el Señor nos ha ganado con su muerte y su
resurrección.